La semana pasada terminé dos libros que me hicieron pensar en varias cosas, una de las cuáles es la reflexión de hoy.
Un nublado día de verano, Julio César cónsul de Roma, estaba forzado a combatir contra los helvecios. Un pueblo que había emigrado de lo que hoy es el sur de Alemania, buscando un clima más propicio para la agricultura. El problema es que las tierras que habían invadido eran de otros pueblos del imperio romano.
La posición de César no era ventajosa, pero ubicó a sus tropas en una larga línea, compuesta por tres filas paralelas de legionarios. Era la configuración estándar para luchar, porque los romanos rotaban las filas para que siempre hubiera legionarios descansados combatiendo. Ésta era una de las principales razones por las que las legiones romanas eran implacables como oponentes para los pueblos que los rodeaban, que solían combatir desordenadamente.
Ese día sin embargo, los helvecios enviaron una parte de sus fuerzas por el costado del campo de batalla, dando un rodeo de algunos kilómetros para que no los vieran, con el objetivo de aparecer por sorpresa en el flanco de las legiones. Esto obligaría a tener que luchar en dos frentes a la vez: algo que no habían hecho nunca las legiones romanas porque perdían la ventaja antes descrita.
¿Cuándo es un buen momento para experimentar? En muchas situaciones de nuestras vidas podemos hacer experimentos. Ciertamente no es recomendable en medio de una batalla como la que se le presentaba a Julio César.
Apuntemos a lo “Muy bueno”
Pero ¿por qué "experimentar"? porque lo perfecto no existe. Tanto porque las condiciones de un momento pueden cambiar para el siguiente, lo cuál hará que lo perfecto de ayer no sea lo perfecto de hoy, como también porque siempre hay alguna componente subjetiva y al serlo, no hay una sola opción que sea correcta.
Al no haber perfecto, podemos apuntar a muy bueno.
¿Cómo saber diferenciar entre un resultado y otro? Lograremos distinguir entre y uno y otro si tenemos experiencia o estudios previos. Muchas veces realizar un procedimiento, aplicar una técnica o tomar una decisión, contempla que ya lo hayas hecho antes y/o hayas estudiado cómo lo hizo otra persona.
Pero así como Julio César se enfrentó a una situación cuya única solución razonable era la retirada, ¿cómo actuar frente a lo desconocido? ¿cómo reaccionar frente a un problema, una situación personal, familiar o laboral que no hemos abordado nunca?
Experimentando
Un experimento, definido para este contexto, requiere que exista un problema a resolver, una hipótesis de cómo resolverlo, para luego probar si funciona la solución y analizar los resultados. La gracia es que es un proceso iterativo, entonces si no funciona tu solución, en el siguiente intento tienes más información para plantear una mejor solución.
Por ejemplo supón que quieres un aumento de sueldo y lo primero que se te ocurrió fue pedirlo directamente. Al plantear el tema en medio de la oficina a tu jefe, te dijo amablemente que lo conversaran en privado en la siguiente reunión uno a uno.
¿Qué te dice ese resultado? Que no consideraste que era un tema para ver entre los dos y no en los pasillos de la oficina. El siguiente intento debería averiguar, ahora que sé que es un tema delicado, qué decir para mejorar mi posibilidad de obtener el aumento de sueldo.
Si seguimos pensando en ese ejemplo, cada paso que das, te brinda información y dicha información pasa a ser parte de tu conocimiento.
¿Recuerdas que nosotros usamos experiencias previas y nuestro conocimiento para lograr buenos resultados? Pues bien, al actuar incorporas información a tu cabeza.
¿Y si mejor sigo pensando?
Pero Fran, mejor no hacerlo. Seguro me dicen que no al aumento haciéndolo así. Sí, es posible que sin mucha preparación y haciendo un experimento así de inocente el resultado no sea el esperado. Aún así es el mejor resultado posible:
Porque no va a ser la última vez que lo intentes,
Porque si no se te ocurrió buscar en internet o preguntarle a alguien cómo hacerlo, por último ahora sabes que pedir un aumento en la mitad de la oficina no es el camino,
Porque no va a ser la última vez en la vida que hagas algo para lo que no te sientes capacitado,
Porque con esa acción, ya te sientes más preparado para la próxima.
Este abordaje para enfrentar lo desconocido, también es aplicable a los consejos y las técnicas. Es común encontrarse con reportajes, videos o pódcast cuyo título tiene un gancho de tipo "Recuerda lo que lees con esta técnica".
Ya a esta altura, sumando que lo perfecto no existe y el uso de experimentos, sabrás que más que leer, ver o escuchar esas técnicas como algo que se debe seguir al pie de la letra: pruébalas.
"Feel Good Productivity" de Ali Abdaal, un Médico y Youtuber inglés, es un libro sobre cómo pensar la productividad como algo que va asociado a sentirte bien y no cómo la búsqueda de más por más. En él, usa el concepto de experimento para plantear que todo lo que te va a explicar y las técnicas descritas son sólo ideas. Que algunas te harán sentido, que otras serán muy fácil de implementar y que otras no calzarán contigo. Para saber cuál es cuál, debes probarlas.
La ducha helada, comer un puñado de pasas, despertarte a las 5 am, hacer ayuno, salir a caminar, usar tal o cual software para los pendientes, tener tu segundo cerebro, etc. pueden ser la solución a todos tus problemas. O no. Sólo lo sabrás si los pruebas, aprendes, los modificas a tus circunstancias o sigues con el siguiente. Al final, como las circunstancias cambian, es probable que la búsqueda de hacer las cosas mejor que ayer no tenga fin.
¿Y Julio?
César bien sabía que las circunstancias que tenía en frente eran distintas a las que otros habían enfrentado cuando rechazaban pelear en dos frentes simultáneos.
Al ver que los helvecios aparecían corriendo a la distancia por su flanco derecho, envió a la tercera fila de legionarios a frenarlos. Sus oficiales se espantaron: cómo iba a desarmar la estructura de la legión para luchar en dos frentes, ¡era una locura!
Sin embargo, Julio sabía que la tercera fila estaba compuesta exclusivamente por veteranos, los más fuertes, con mejor equipo, que llevaban años luchando y se dejaban al final justamente para arrasar con los enemigos. Como la tercera todavía no entraba en combate, estaban descansados esperando su turno, pero los helvecios aunque con mucho ímpetu llegaron a enfrentarlos, ya llevaban corriendo varios kilómetros para lograr el elemento sorpresa.
Fuera suerte o ingenio del líder romano, al toparse con el muro de escudos, lanzas y espadas, en vez de una legión en retirada, a los helvecios se les desinfló la moral y tras algunos minutos de lucha emprendieron un repliegue desordenado.
Si él pudo, ¿por qué tú no?
Libro de la semana
📖 Título: Maldita Roma
✍🏻 Autor: Santiago Posteguillo
✏️ Páginas: 841
📚 Editorial: Ediciones B
La segunda novela sobre Julio César que escribe Santiago Posteguillo.
Una arriesgada forma de ver su vida, explorando eventos poco conocidos, como que lo raptaron piratas en el mediterráneo, y mezclándolos con la política romana del siglo I A.C.
Es una novela rápida, como todas las de Posteguillo, con capítulos en general cortos que te dejan queriendo saber qué va a pasar.
Lo único macro que sé de Julio César es que un día como ayer, 15 de marzo, fue asesinado en el Senado. Esto gatilló el fin de la república dando paso al comienzo del imperio como tal.
Pero todo lo que sé ahora es mucho más interesante: que no tenía posibilidad alguna de ascender por el cursus honorum, la “carrera política”, pero que se las ingenió para ir ascendiendo; que nunca tranzó sus ideas y que cuidaba mucho las formas al ser del bando popular; que era muy creativo para enfrentar las acciones bélicas y por lo menos hasta ahora, que nunca tuvo dudas que iba a lograr ser cónsul, la cima de la política en la república romana.
Es quizás el punto más complejo: tratar de explicar con la suficiente profundidad los bandos y lealtades, los proyectos y las motivaciones para aprobar o rechazar leyes. Esto fuerza a que los diálogos no parezcan reales, sino hechos para que te acuerdes de la historia que se va narrando. Inevitable quizás en ochocientas páginas.
Clave también la incorporación de personajes que uno ha escuchado, pero que cuesta ubicar en el tiempo como Espartaco, Pompeyo o Cleopatra.
Estoy muy ansioso por saber cómo se sigue desenvolviendo la historia de este genio político y militar.
Una última cosa, es indudable que Julio César tuvo una vida llena de “suerte”, pero que tomó cada oportunidad que tuvo, para tener “suerte”.
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Ranking: 📖📖📖📖/5
César suspiró.
- ¿Cómo no quererte, si eres la más hermosa de todas las matronas romanas? Eres la viva encarnación de tu madre. Estaría tan orgullosa de ti. -La emoción lo hizo callar.
- Y de ti -le sonrió Julio-, cónsul de Roma, ahora procónsul, Imperium sobre cuatro legiones nada más y nada menos.
- Y tu padre. Para ti soy sólo tu padre.
- Y mi padre.
Se hizo un breve silencio.
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