(N°108) Sobre vivir vidas distintas
Cada decisión moldea un camino único. Lo importante es que sea tuyo.
Últimamente he tenido muchas conversaciones sobre lo mismo: qué hacer, a qué dedicarse, y si esta o aquella decisión es la correcta.
Este tema me apasiona. Creo que por eso me entretiene tanto leer biografías, historia, o quedarme pegado en Wikipedia: intento entender cómo las personas llegan a ser y hacer lo que hicieron.
Parece de perogrullo que un marino defienda su patria en tiempos de guerra. Pero que Arturo Prat haya ofrecido una resistencia fútil, con los motores descompuestos, siendo cañoneado desde la costa de Iquique y enfrentando dos de los buques más modernos de la escuadra peruana… eso es el resultado de toda una vida haciendo lo correcto.
Uso la efeméride del 21 de mayo, pero podría quedarme pegado hablando de cualquiera: deportistas que descubren temprano sus hobbies y los convierten en orgullo nacional, músicos que se inclinan por un instrumento sin que nadie se los imponga, abogados, enfermeras, profesores, ingenieras, doctoras o jardineras.
Todos llegan a donde están por una suma de microdecisiones, coincidencias, sugerencias. Si el mundo fuera estático, todo sería más fácil de entender. Pero el problema es que hoy alguien es músico, mañana profesor, y pasado mañana, dueño de una cafetería. La enfermera de ayer, hoy administra un laboratorio de exámenes médicos. El abogado que nunca ejerció, pero que hoy pasa su tiempo criando a sus hijos mientras la señora mantiene el hogar.
¿Existe una única manera de vivir? ¿Una ‘mejor’ forma de hacerlo? Por supuesto que no. La pregunta suena absurda apenas se formula.
Y sin embargo, actuamos como si esa respuesta existiera. Nos frustramos cuando las cosas no salen como esperábamos. Le damos mil vueltas a decisiones entre opciones igual de buenas. Buscamos en la vida de otros, la respuesta para la nuestra.
En el libro El año en que hablamos con el mar, dos hermanos gemelos nacen en una isla, pero terminan viviendo medio siglo separados, con vidas completamente distintas. Porque, aunque compartieron crianza, entorno y familia, cada uno deseaba cosas diferentes. Creían en cosas distintas.
Y aunque no hace falta la ficción para recordarlo, entre más leo sobre personas, más me impresiona lo irrepetible de sus circunstancias y sus respuestas. Al final, cada uno toma decisiones creyendo que es lo mejor, según lo que valora, desea y necesita.
Me parece bueno comenzar la semana con este recordatorio: a la única persona a quien debe importarle lo que haces, es a ti. No pienses qué haría el resto. Quienes te quieren, sabrán que estás bien, aunque ellos hubiesen elegido otro camino.
Y recuerda: los demás también piensan distinto. Y eso está bien.
Libro de la semana
📖 Título: El año en que hablamos con el mar
✍🏻 Autor: Andrés Montero
✏️ Páginas: 223
📚 Editorial: La Pollera
Una avioneta aterriza y se baja un pasajero que los lugareños reconocen a la distancia: uno de los gemelos Garcés. El que se fue hace medio siglo de la isla.
Nos adentramos en la historia de la familia Garcés, viendo el reencuentro de los gemelos a través de los ojos de los habitantes de la isla. Una narración en tercera persona plural que tiene la gracia de ser distintas voces mezcladas y no una sola voz.
Tremendamente chilena la novela, tanto por el lenguaje como por lo que sucede en estos cincuenta años y la isla podríamos suponer que es Isla Mocha.
Un libro muy entretenido, tiene en el fondo esa magia de las novelas latinoamericanas, el peso de las tradiciones y el poder de las creencias.
El encuentro entre quien siente que el mundo es más de lo que ve y quien cuyo mundo es el que lo rodea.
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Gracias Pancho por compartir tu reflexión…. Me dejó pensando sobre que decisiones quiero hoy para mi vida
Que linda columna para empezar la semana. Gracias. Me tincó el libro, probaré. Cariños