Estas últimas semanas fueron un huracán para mi rutina. Algunos lo habrán notado porque no recibieron el N°81 la semana pasada. Yo lo noté en varias cosas que suelo hacer en Valdivia como escribir, leer y entrenar. Las tres se resintieron.
Antes de Santiago, estuve dos semanas de vacaciones. Las tres también se resintieron esas semanas.
¿Por qué? Intuyo que la falta de rutina, desarmó el resto de los hábitos. Pero, ¿no soy yo el que debería querer hacerlo? ¿No basta con sólo querer hacer algo para hacerlo?
La rutina
Hoy trato de hacer lo siguiente diariamente: leer, escribir y entrenar. Esas son las tres acciones a las que les dedico tiempo. Obviamente que no soy un robot, pero por lo general logro hacer deporte 5 veces a la semana, escribir todos los días una hoja a mano y leer algunas páginas al día (varía entre 5 a 50).
Agosto fue un mes atípico. Las primeras dos semanas estuve de vacaciones y las siguientes dos estuve en Santiago. Eso le pegó fuerte a mi rutina.
La primera quincena noté que al no tener un inicio “real” del día, se me hacía difícil partir con las tres actividades. Pero lo que me prendió la alarma fue que a pesar de tener un montón de tiempo para hacer las tres cosas que dije, lo que más hice fue descansar y jugar videojuegos.
No lo digo en tono demonizante hacia los videojuegos o el descanso, sino que lo que me llamó la atención es que no leyera vorazmente esos días.
¿Qué me impidió hacerlo? Nada. Tenía todos los días para hacerlo.
Pienso que cuando uno tiene una rutina, por lo general es más fácil concatenar actividades una detrás de otra, como el típico ejemplo de lavarte los dientes antes de acostarte. Entonces claro que la disrupción de la rutina es una razón fuerte.
¿Pero era sólo eso? Porque si es un tema de rutina, vives al servicio de la “forma” más que del “fondo”.
Satisfacción escasa
Luego de evidenciar que no estaba leyendo, porque siempre anoto las páginas que leo, noté que a pesar de estar de vacaciones tampoco estaba descansando.
Sí, estaban pasando los días y yo no estaba con una carga cognitiva alta. Sí, sentir que estaba jugando y ganando/perdiendo, me entretiene. Pero es un entretenimiento que noté vacío.
En palabras de Séneca, la vida buena es una la que se rige por las virtudes. A su vez, la vida es breve porque solemos usar nuestro tiempo en cualquier cosa.
Esa idea me quedó dando vueltas porque día a día, mientras Marti estudiaba, yo jugaba. Pasaron los días y de repente ya estaba en Santiago caminando rumbo a mi nuevo trabajo. Sintiendo que realmente no hice nada en mis vacaciones.
Soy el primero en defender que no hay que trabajar todo el día, ni tampoco que “la vida sea solamente trabajo”. Pero primera vez que noto que usar mi tiempo en hobbies al azar, no genera una satisfacción duradera.
Cuando te hechas en un sillón a ver Instagram/TikTok para “descansar”, pero terminas viendo treinta minutos de videos, es como lo que me pasó al reflexionar sobre las vacaciones.
Al revés, cuando escribo mi hoja diaria o esta reflexión, luego de entrenar o cuando termino un libro, siento una satisfacción totalmente distinta: hice lo que quería hacer sin que nadie me obligara.
Aplica a todos
Una de las cosas fundamentales que he aprendido escribiendo este blog es que fallar una vez no es terrible. Eso puede pasar por un montón de motivos, sobre todo si se deja para el domingo en la noche la escritura jeje.
Lo que aprendí hasta ahora es que lo más importante es seguir. Lo mismo sucede con el entrenamiento o la lectura. Si despierto tarde y no alcanzo, no pasa nada, vuelvo al día siguiente.
Es tan simple, pero a su vez, cuesta juntar la energía para hacer lo que queremos hacer. Pero me gusta ser consciente de que nadie me va a obligar a hacer justo lo que yo quiero.
Entonces si yo no me levanto, me pongo las zapatillas y pongo un video en YouTube con una rutina de 30 minutos, nadie lo hará por mí.
Por mucho que queramos echarle la culpa a la falta de tiempo, a la rutina, a las fiestas patrias o al cumpleaños, la verdad que el único que se debe avergonzar por no hacer lo que quiere es uno.
¿Tienes alguna hábito que quieres comenzar?
¡Te leo en los comentarios!
Libro de la semana
📖 Título: Sobre la felicidad
✍🏻 Autor: Séneca
✏️ Páginas: 122
📚 Editorial: Alma, Pensamiento Ilustrado
Séneca, un senador romano del siglo I, es uno de los filósofos más conocidos del estoicismo junto con Marco Aurelio y Epícteto. En este libro se juntan tres cartas que envía a distintos amigos, tratando tres temas concretos: la felicidad, el ocio y la brevedad de la vida.
¿Qué significa ser felices? Una pregunta que espero se hagan porque es difícil responderla en serio. Uno puede divagar con los placeres, con el dinero o con las relaciones humanas. La respuesta que propone Séneca a su amigo es que ser virtuoso es equivalente a ser feliz.
¿Qué es el ocio? Este texto es uno que está incompleto, tanto en el inicio y el fin, pero se entiende que Séneca da por sentado que un estoico debe hacer las cosas buenas que se demanda bajo la óptica de la virtud. Pero que hay un punto en que el ocio reflexivo, no para buscar el placer, es un ocio que es fundamental en la buena vida.
¿Qué es la brevedad de la vida? Que la vida no se mide en años, sino en cuántos de esos años los dedicaste a algo por ti y no por cumplir para otro. Regalamos nuestro tiempo fácilmente, sin darnos cuenta que inexorablemente se agota y no se renueva.
Es un libro corto, pero la edición de Alma está bien explicada, resumida y con anotaciones para dar contexto.
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