Avanzados en el siglo XXI, la digitalización y el avance de la tecnología en general nos demuestra que las cosas soñadas por algunos atrevidos pueden cumplirse: llevamos en el bolsillo una “palantir” del Señor de los Anillos con la que nos comunicamos viéndonos las caras y la “robotina” es algo más pequeña que la de Hanna-Barbera.
En sólo 100 años, ha cambiado tanto nuestra forma de entender el mundo que eventos importantes de hace un siglo, parecieran improbables de ocurrir hoy.
En 1903 los hermanos Wright habían logrado el primer vuelo de la historia, pero no se sabría de ellos en 1906 cuando Alberto Santos Dumont hizo lo mismo en Paris con su modelo de avión, apareciendo en los diarios como el Padre de la Aviación. ¿Crees posible hoy que se genere una confusión así, con un evento de esa magnitud, con una diferencia en la información de 3 años?
En 1912 el Titanic naufragaría en el Atlántico por chocar con un iceberg, falleciendo casi 1500 personas de las poco más de 2200 a bordo. Hoy si quieres navegar por el antaño temido Estrecho de Magallanes, puedes descargar las cartas náuticas por una módica suma directo desde el SHOA.
Entre 1914 y 1918 el mundo se sumiría en la “Gran Guerra”, con altísimos costos de toda índole, que eventualmente se repetiría, desencadenando el cambio de nombre a “Primera Guerra Mundial”. Como la diplomacia sigue estando a merced de los egos, seguimos generando conflictos armados que a lo sumo, culminan con victorias pírricas. Sin embargo, una de las razones por la que no son conflictos que abarcan continentes enteros como antes, radica en la visibilidad 24/7 del conflicto y la incapacidad de ambos bandos de cometer atrocidades sin testigos.
Hoy cosas que habrían sido asombrosas, bordeando lo impensable, ya es parte de nuestra rutina:
que la comida llegue en 45 minutos preparada a nuestra casa,
que podamos saber cuánto tiempo nos tomará ir de una dirección a otra sin importar si conocemos la ruta,
que estemos todo el tiempo en una suerte de cadena nacional donde la última noticia del minuto siempre está al alcance de los dedos,
planificar vacaciones con un nivel de detalle que ni la mejor agencia de viaje tiene,
estar todo el día viendo videos de animales haciendo tonteras.
Pero leo y escucho cada vez más, acerca de personas que cuestionan la tecnología, particularmente los celulares y todo lo que los rodea, por afectar nuestra salud o las redes sociales por varios (y reales) efectos nocivos en la sociedad.
Las áreas de UX/UI (Experiencia de usuario e Interfaz de usario) existen en este mundo para hacerte la vida fácil: sigues los pasos que te van apareciendo en la pantalla y en pocos clicks y swipes, tienes dos productos en camino, un cita con una posible pareja y un video muy gracioso que te compartió un ex compañero de trabajo.
Al igual que “la persona que no lee no es mejor que la persona analfabeta” y lees sólo aquello que se te cruza como un cartel en la calle, si usas el celular automáticamente sin comprender lo que pasa por debajo, estarás a merced del mismo.
Analfabetismo Digital
Me parece que para enfrentar el lado B de los celulares es necesario que los usuarios (tú y yo) no seamos analfabetos digitales. Usar toda clase de redes sociales, 4G o el mejor smartphone, no te convierte en “letrado digital”.1
Al igual que “la persona que no lee no es mejor que la persona analfabeta”, si usas el celular solamente para el entretenimiento, podrías ser un analfabeto digital.
Un ejemplo de esto sería suponer que por comprar zapatos de fútbol, sabrás jugar fútbol.
Confiamos ciegamente en lo que dice la pantalla, dejamos de validar lo que leemos, nos frustra que aparezca que algo llega en 15 minutos y llegue en 20, que la calle tenga el sentido cambiado, que no haya stock de un producto que “aparecía con stock”, que me cobren por un juego si “son gratis”, no nos preocupan los derechos digitales, entendemos vagamente lo que es una cookie, pero las aceptamos como Hansel y Gretel.
¿Te has preguntado alguna vez lo siguiente?:
¿Cómo funcionan los algoritmos de recomendación de un sitio web? Si no lo has hecho, no te debería extrañar que te aparezcan videos similares de algo que te quedaste viendo o que te persigan las zapatillas que no decides si comprar todavía. Cada algoritmo tiene sus particularidades, pero sugieren en función del historial tuyo o de otros parecidos a ti, para potenciar el uso que tenga el servicio que estás usando.
¿De qué sirve programar si no es mi trabajo? No es trivial que por ejemplo Cornershop haya logrado ser un éxito comercial, cuando llevaban años los unos y los otros haciendo “lo mismo”, con poco éxito. De todas formas tener una noción básica te ayudará mucho.
¿Cuál es el precio de los servicios gratis? Recuerda que siempre que usas un servicio que se ve gratis, hay un negocio detrás.2 Con internet, el acceso a las noticias se amplió drásticamente al no tener que comprar el diario para consumirlas. Sin embargo, desde que los diarios perdieron gran parte del ingreso de la venta física, es común encontrar titulares “gancho” para generar visitas y aumentar los ingresos por publicidad.
¿Vale la pena pagar? Esto me lo pregunté por el ejemplo anterior y porque desde que pago Spotify y Netflix, tengo acceso a mucho más contenido y de mejor calidad, que en la época de lo “gratis” (🏴☠️). Pagué un tiempo un diario, pero terminé por darlo de baja optando por filtrar lo que leo, otro día este tema.
¿Qué hago si me roban/se rompe el celular? Clave tener respaldada la información, saber los teléfonos de emergencia. ¿Cuánto dependes de tu celular? si es mucho, ¿tienes ahorros en caso emergencia para reemplazarlo? (incluye el computador si corresponde).
¿Estoy bien protegido o soy “hackeable”? ¿Para qué sirve la verificación de dos pasos? Con la cantidad de filtraciones de datos que existen año a año, una solución básica y prácticamente obligatoria hoy, es la verificación de acceso a través de otro dispositivo, así el maleante tendría que simultáneamente hackear y robarte. ¡Actívala en todo lo que puedas! (ni hablar de usar la misma contraseña siempre).
¿El traductor traduce todo bien? El 60% de la información en internet está en inglés y el 4% en español. De ser así, los algoritmos tienen 12 veces más información, frases, contexto, interpretaciones, etc. en un idioma que en otro. No creas que puedes traducir un libro en un Google Translate.
¿Los datos que veo son correctos? Prefiere las páginas web confiables, revisa que el dato lo tengan dos o más páginas grandes, busca datos de otros años y ve si te calza el número aproximadamente. Usa la cabeza.
Me parece que en general, el celular reemplazó la cortapluma en utilidad por lejos, pero nos dejó como “monos con celular”.
¿Te sientes a merced de tu bolsillo? Contrólalo.
Existe el concepto de “inclusión digital” donde esos tres ejemplos serían un gran indicador de que dicha persona está “incluida”. Si te interesa ese aspecto, puedes leer un diagnóstico del BID para las brechas de inclusión digital en Chile (2020).
No todo lo gratis es perverso, ejemplo el caso de Wikipedia que sobrevive con voluntarios y donaciones.