Esta semana hubo tres eventos que gatillaron una reflexión similar sobre el efecto de la historia y/o el pasado en mi presente.
Me saltaré las discusiones, que encuentro curiosísimas por lo demás, de qué es el tiempo, si el pasado existe o si sólo somos unas canicas de extraterrestres.
No deberíamos enseñar historia - Ye
Fue lo primero que se me cruzó esta semana. Una entrevista de Lex Fridman, profesor de inteligencia artificial del MIT y Podcaster/YouTuber, al rapero Ye (antes llamado Kanye West).
En dicha entrevista (supera las dos horas de duración, no la escuché entera y e hizo mucho ruido por comentarios antisemitas) el primer tema que partieron conversando fue sobre la “mentalidad ingenieril” y la diferencia con otras mentalidades del mundo del espectáculo.
Cerca del minuto y medio de conversación Ye dice que sólo deberíamos enseñar ingeniería en los colegios (materias “objetivas”) y no historia (materias “subjetivas”).
Existe un dicho típico sobre que la historia la escriben los vencedores y que por eso al leerla nos hacemos ideas sesgadas de los hechos.
Un ejemplo muy pueril: ¿recuerdas en el colegio que pasamos de llamar “Reconquista” a “Restauración” el periodo entre la Patria Vieja y Patria Nueva? Pasamos de pensar que entre 1810 y 1814 logramos “conquistar” Chile del Imperio Español, sin embargo el paso del tiempo y probablemente la distancia generacional hace que algunos historiadores llamen “Restauración” del poder Español al periodo posterior al Desastre de Rancagua (que para los españoles es sólo la “batalla de Rancagua”).
Si bien no concuerdo para nada en que sólo necesitamos materias objetivas, de hecho te diría que es clave leer mucha más subjetividad para evitar pensar que hay una sola forma de ver un problema o de entender la realidad, creo que nunca había escuchado a alguien ser tan tajante al respecto.
El péndulo de la historia
Estaba un par de días después, conversando con dos amigos del trabajo sobre todo y nada como suelen ser las conversaciones nocturnas. En particular, hablamos sucintamente del efecto de ciertas políticas que empujan comportamientos al extremo opuesto para forzar que la gente se modere. Por ejemplo la ley Emilia que castiga a quienes conducen bajo la influencia del alcohol con penas muy severas.
Esto me recordó que adicionalmente a ese péndulo, existe la noción de que la historia parece un péndulo: que luego de una revolución viene la reacción. Que luego de la bonanza viene la crisis. Que luego de la guerra viene la paz. Y viceversa.
Me gusta mucho leer historia y entender cómo los seres humanos enfrentaron hambrunas, pandemias, terremotos, guerras y también cómo desarrollaron descubrimientos, ideas y particularmente, aquellos individuos que desafiaron los paradigmas de su época e hicieron algo inadecuado para sus contemporáneos.
Varias eventos y periodos, suenan muy parecido a periodos de la actualidad lo cual en cierta medida asusta porque leer historia tiene incorporado el spoiler de saber el “final de la temporada”.
La Historia no se repite pero a menudo rima - Mark Twain
Sin embargo, me sumo a la frase de Mark Twain para matizar que por ejemplo los antecedentes de la Primera Guerra mundial son diferentes a los de la Segunda Guerra mundial o que los antecedentes de la Revolución Francesa, que termina en el Imperio Napoleónico, son diferentes a los de las guerras civiles de la república romana que terminaron instaurando el Imperio Romano.
Las tradiciones y dichos
Finalmente y entremedio de estos dos eventos, ver mis libros no leídos de Santiago me empujó a sacar dos y comenzar a leerlos.
El primero, está ambientado en los albores de la Guerra del Pacífico, algo así como ~1878. En el primer capítulo están despidiendo a un joven que irá a Antofagasta procurando obtener los recursos para mantener a su prometida y futura familia.
En medio de la fiesta de despedida:
“A través de la puerta de la galería, los sones del arpa comenzaron a oírse entusiastas. La tía de Leonora, doña Clarita, tocaba uno de sus viejos valses sentimentales.”1
Hace mucho tiempo que tenía la duda sobre de dónde viene el “vals de los novios” en los matrimonios tradicionales chilenos. Es probable que la tradición provenga de la realeza europea del siglo XVIII que fue el siglo en el que comenzaron a ser comunes en los salones reales la música de cámara.
Pero luego, leyendo el otro libro que sigue a un niño arrabalero cerca de ~1910, me topé con lo siguiente:
El salón se anima con su presencia. En la mesa central se amontonan botellas de vino y cerveza. Jacintito, modoso como una colegiala bien educada, toca el piano y acepta entre remilgos una media botella de "Pilse". La cosa toma vigor. Se bailan cueca y vals. Llegan más bebedores y las mujeres a medida que ingieren alcohol, empiezan a perder los escrúpulos.2
¡Curioso! Me pareció interesante que dos libros escritos ambos hace décadas, que tratan de personajes totalmente disímiles, un tipo de buena familia y un niño sin padre en un prostíbulo, tengan ese detalle en común.
Nos habla en parte de cómo la cultura permea da lo mismo de dónde venga y si luego es modificada y adaptada como el vals chilote.
Me parece que muchas frases y actos de hoy, los hacemos por algún motivo que viene desde “ayer”. Ese “ayer” puede ser siglos o días atrás.
Es el punto más importante sobre la historia, más allá de si es objetiva, subjetiva, sesgada, escrita por peones o reyes, en cualquier caso: estudiándola estarás un paso más cerca de entender porqué comes lo que comes, vives como vives y a menudo, piensas lo que piensas.
¿Qué crees? ¿vale la pena estudiar historia? ¿cómo evitas los sesgos? ¿lees de algún tipo de historia en particular?
Me atrevo a recomendarte que leas y estudies historia porque te permite quitarle peso al presente sabiendo que si alguien pudo soportar tal o cual periodo, probablemente tú también puedas.
Adiós al Séptimo de Línea de Jorge Inostroza
La Vida Simplemente de Óscar Castro