Hace un par de semanas resumí el libro de Cal Newport “Hazlo tan bien que no puedan ignorarte”. Y algo que no mencioné es que la razón por la que me parece interesante su modelo es que lo he visto por ejemplo en la lectura.
Cuando comienzas a leer, por lo general es antes de los 10 años y luego tu relación con el mundo en gran medida es a través de la lectura. Lees tu entorno todo el tiempo. Los ingredientes para una receta, las instrucciones de un electrodoméstico, correos electrónicos, los carteles en la calle, los contratos, y un largo sin fin de palabras que se nos cruzan diariamente.
Uno suele comprender ese tipo de lecturas rápidamente, porque siempre tienen un fin concreto. Las recetas dicen acciones que debes seguir, similar a los manuales de instrucciones. Los carteles de la calle tienen un par de palabras a lo sumo, destacando atributos del producto que por lo general está en una imagen muy cerca de esas palabras.
Lo peor son los correos electrónicos. Si son incitando comprar, suelen tener imágenes de los productos y un par de frases que acompañan, pero si son laborales, son mails robóticos en los que manda el lograr en la menor cantidad de palabras y acrónimos, establecer qué quieres de quién y para cuándo, o informar qué pasó y qué se estará haciendo para resolverlo.
No creo estés pensando que uno puede ser “mejor” lector. Cómo mejorar algo que te enseñaron hace decenas de años y que usas diariamente, si ya obviamente eres un crack de la lectura, ¿no?
La lectura se practica
Como cualquier otro hobby o profesión, la lectura se puede mejorar por medio de la práctica. No es diferente a una disciplina olímpica, lograr la maestría en un instrumento musical o una pericia admirable para operar un cerebro.
En todas las disciplinas es necesario practicar lo que se quiere mejorar. Y la práctica consiste en repetir la acción una y otra vez, haciéndola cada vez más difícil.
Es simple imaginar estar en un gimnasio y ver que la gente puede aumentar o disminuir los pesos de las mancuernas y máquinas en función de su fuerza o tocar canciones más desafiantes. Quizás incluso recordemos cuando nos enseñaron a leer utilizando frases con sílabas similares:
Sin embargo, también podremos imaginarnos que ese es un nivel básico de aprendizaje. En ningún caso menos importante, porque sería como querer resolver una integral sin saber sumar y restar. Cada disciplina tiene su propia escala de técnicas que uno aprende para destrabar las siguientes.
A medida que practicamos, vemos incluso ciertas diferencias entre un camno y otro. Una persona que entrena mucho sus piernas, tal vez no tiene tanta fuerza en los brazos y viceversa o quien puede tocar unos solos rapidísimos en la guitarra, no tiene tanta paciencia como para tocar 30 minutos en un concierto acordes “normales”.
Cada quien va aprendiendo lo básico, destrabando niveles más avanzados y luego eligiendo un tipo de especialidad o múltiples. Las olimpiadas nos muestran ejemplos en casi todas las competencias.
Ese aprendizaje se construye con la disciplina para practicar repetidas veces y siempre, buscando que la práctica sea un poco más desafiante. Correr el límite un poco más allá, hacer una repetición más, tocar esa canción que te suena atemorizante o leer ese libro que parece ser difícil.
Porque sí, la lectura es también parte de las disciplinas que se refuerzan con la práctica. Entre más lees, mejor lees.
¿Qué es leer mejor?
Mejor requiere que sea una opción superior a la alternativa. O sea, prefiero leer de ésta manera que la anterior.
A primera vista, uno podría pensar que leer rápido es resultado de leer mejor, pero si lo piensas bien, el ser o no rápido para leer es el resultado del contenido que lees.
Porque leer “La apuesta de la filosofía medieval” es varias veces más complicado que leer ”El Código de Da Vinci” y ninguno de los dos es menos digno de ser un libro.
Y también, porque de verdad que puede ser un martirio para ti leer un libro de romance juvenil o uno de ciencia ficción. Entonces no tiene que ver necesariamente con la cantidad de palabras por minuto que puedas leer, por mucho que existan cursos que te venden exactamente eso.
Entonces si leer rápido no es “mejor”, ¿qué es leer mejor?
Yo considero que cuando puedo entender los detalles del libro, complementar la trama y matizar los personajes con más colores, todo sin tener que estudiar el libro.
Me explico: un camino para leer mejor es entrar a buscar por ejemplo entrevistas del autor con respecto a su libro, leer un poco de su biografía, qué tipos de libro escribe o escribió, el contexto histórico, etc.
Luego al leer, mapear los personajes, el narrador, la trama, los giros, etc.
Y otra (puede ser adicional a lo anterior) es leer involucrado. Cuestionarse lo que está pasando, qué están haciendo los personajes, por qué, etc. Notar una que otra referencia y hacer una búsqueda rápida en Google para orientarte como por ej ver un mapa de la ciudad o país, leer en wikipedia el resumen del personaje mencionado, buscar una palabra que no conoces su significado, etc.
Todo esto además, si le sumas hacer un breve recuento de lo leído para ti, si te gustó o no, pero ir un poco más abajo e identificar “por qué”. ¿Fue la trama? ¿el final? ¿los diálogos o la falta de ellos? ¿no creíste la trama? etc.
Tras leer un par de libros así, te darás cuenta que cada libro que terminas puedes identificar mejor mientras lees detalles que antes no habrías notado. Una metáfora delicada. Un silencio, un personaje que no han descrito y lo imaginas distinto que cuando finalmente lo describen, etc.
Para mí, esto hace que cada lectura, cada montón de palabras que otro podría leer al lado tuyo, se convierten en algo sólo para ti. Que es una experiencia ajustada a tu propio cúmulo de experiencias y lecturas previas. Ese crisol de narraciones se irán complementando y buscarás ese “desafío”. Irás leyendo distintos autores no sólo porque la portada es bonita o porque te lo recomiendan, sino porque ya es cuarta vez que se te cruza dentro de un libro.
Un pequeño ejemplo
La semana pasada terminé de leer una autobiografía de un esclavo estadounidense llamado Frederick Douglass.
Esta autobiografía incluía una pequeña introducción del traductor y a su vez, incluía un prefacio escrito por uno de los fundadores de la Sociedad Antiesclavista Estadounidense.
Con eso, gané un contexto que no tenía del libro porque suelo leer libros sin leer la contraportada para sorprenderme de su trama.
Tras terminarlo, no sin pensar lo terrible de la esclavitud y que me recordó que el libro que me leí hace un par de meses de Agustina Bazterrica, Cadáver Exquisito, usaba muchas de las claves de la esclavitud que resalta Frederick como hacer que los negros no sean humanos, sino animales. Literalmente en el libro de Bazterrica vemos humanos “animales”.
Luego, tomé un libro que me regaló una amiga para el cumpleaños y comencé a leer. Ya en la página 64 era evidente que el libro que partía con un botánico en su lecho de muerte escribiendo sus memorias, que luego lee su hija, era también una historia sobre la esclavitud, pero desde el continente africano:
Viajé a Senegal para descubrir plantas y encontré seres humanos.
Somos fruto de nuestra educación y, al igual que todos los que me habían descrito el orden del mundo, creí de buena fe que lo que me contaron de la brutalidad de los negros era verdad. ¿Por qué iba a poner en duda la palabra de maestros a los que respetaba, herederos ellos mismos de maestros que les habían asegurado que los negros son incultos y crueles?
La religión católica, de la que casi me convertí en sirviente, enseña que los negros son esclavos por naturaleza. Sin embargo, si los negros son esclavos, sé perfectamente que no lo son por decreto divino, sino porque conviene creerlo así para continuar vendiéndolos sin remordimientos.
(…)
¿Es porque nos parecieron pobres cuando los vimos por primera vez hace ya casi tres siglos? ¿Es porque no experimentaron la necesidad, como nosotros, de construir palacios de piedra resistentes al raudal de generaciones sucesivas? ¿Podemos considerarlos inferiores porque no construyeron barcos transatlánticos? Era posible que estas razones explicasen el motivo por el que no los considerábamos nuestros iguales, pero todas y cada una de ellas eran falsas.
No sólo la crítica a la religión se repite en Douglass y en Bazterrica, sino que también en “El corazón de las tinieblas” que narra una historia de explotación en el Congo, pero 100 años después, entonces ya el hecho de que el pobre Douglass haya vivido su vida terrible y que la abolición de la esclavitud haya sido 20 años después, es sólo un paréntesis dentro de la esclavitud y trabajos forzados dentro del continente africano.
Si te fijas, no he citado ningún libro de historia en sí. De hecho, todos son ficciones por definición. Pero al haber leído de casualidad estos libros, puedo complementar la narración con más puntos de comparación, de estilos, del contexto en sí, etc.
Pongo como ejemplo este caso, pero puede ser cualquier cosa. Las temáticas dentro de la literatura podríamos decir que son profundamente humanas. Incluso el relato más antiguo que tenemos escrito, que es la epopeya de Gilgamesh, ¡se trata de la amistad!
No exclusivamente obvio, pero ¿no es impresionante que los acadios hayan transcrito poemas cantados por los sumerios, a sus tablillas alrededor del año 2000 A.C, sobre el valor de la amistad?
Entonces sean cuales sean tus gustos, tus prioridades, tus valores, tus ganas, podrás encontrar literatura acorde a lo que quieras leer. Lo importante es que partas leyendo, porque entre antes lo hagas, antes comienzas a ampliar tu horizonte de lecturas.
Al igual que quien practica una disciplina, goza con su práctica, te invito a leer para que puedas disfrutar todos los días de algo tan propio del ser humano.
Libro de la semana
📖 Título: Narración de la vida de Frederick Douglass
✍🏻 Autor: Frederick Douglass
✏️ Páginas: 190
📚 Editorial: La Pollera
Frederick Douglass nació como esclavo más o menos mientras en Chile ocurría el desastre de Rancagua.
Este libro es su autobiografía que sorprende por dos motivos: lo terrible, incomparablemente cruel e inhumana que es la esclavitud y porque él como esclavo, debería haber sido analfabeto. Nos cuenta que aprende a leer gracias a la inocencia de una de sus amas y también al deseo de ser libre.
Frederick relata lo brutal de la separación de las familias, el trato ingrato, la inexistencia de compasión, la comparación de los esclavos con animales, la incongruencia de cristianos esclavistas, la diferencia del progreso que había en estados sin esclavos versus con esclavos que a sus ojos deberían haber sido más pobres.
Frederik a pesar del miedo, en el relato oculta nombres de quienes lo ayudaron y detalles de lo que hizo para escapar. Tras la publicación de este libro en 1845, tendría que esperar 20 años para que se aboliera la esclavitud en EEUU.
¿Cómo se entienda tal incoherencia en un mundo que tras la revolución francesa adoptaba las banderas de la libertad, la igualdad y fraternidad?
Es un libro que te hará pensar.
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