Hoy al subirnos al auto con la Marti, notamos polvo acumulado en el techo y en la puerta de la maleta. Nos llamó la atención porque tenía una capa visible de tierra a pesar de haber lavado el auto en la Copec el domingo anterior.
Me acordé de lo que me han preguntado mucho desde que nos fuimos a vivir a Valdivia: ¿prefieres Valdivia o Santiago?
La respuesta para calmar la ansiedad, pareciera ser Valdivia.
¿Por qué?
Pretendo escribir el listado de cosas objetivas más algunas subjetivas que noté viviendo allá, así que ¡vamos por parte!
Lo objetivo
Primero quitemos de la mesa lo que comentamos al principio, por si has ido a Valdivia en invierno y has vuelto con olor a leña a tu casa: Valdivia no es una ciudad ejemplar en calidad del aire, al utilizarse a diestra y siniestra leña para la calefacción de las casas durante gran parte del año.
De todas formas, sigue siendo la mitad de contaminado que Santiago según este ranking de la empresa de tecnología de calidad del aire, IQAir. Incluso la polución en la RM es tema desde tiempos de la Colonia según Memoria Chilena.
Segundo, vivir cerca de la naturaleza te hace más feliz. No es de extrañar que la Oficina de Estadísticas Laborales de USA, haya registrado que leñadores, granjeros y otros trabajos de la industria agrícola, silvicultura y forestal, son los que presentan simultáneamente mayores niveles de felicidad y significado, a la vez que menores niveles de estrés.
Tercero, vivir cerca de la naturaleza disminuye el estrés. En un estudio que siguió más de 10.000 personas en Gran Bretaña durante 18 años, los participantes proporcionaron calificaciones de su estado de ánimo general, así como de su satisfacción con la vida. Estos datos también incluían información sobre dónde vivían las personas, de modo que los investigadores pudieran medir la cantidad de naturaleza a la que están expuestos diariamente.
Las personas que vivían cerca de la naturaleza mostraron tasas significativamente más bajas de ansiedad y depresión, y tasas significativamente más altas de satisfacción general con la vida.
Dichos resultados, se parecen bastante a los obtenidos en otro estudio hecho en Wisconsin, EE.UU: niveles más altos de áreas verdes en los vecindarios se asociaron con niveles significativamente más bajos de sintomatología de depresión, ansiedad y estrés.
Cuarto, un estudio comparó una caminata en la ciudad con una en la naturaleza. Podemos intuir el resultado: la caminata por la naturaleza resultó en beneficios afectivos (disminución de la ansiedad, rumiación y afecto negativo, y preservación del afecto positivo) así como beneficios cognitivos (mayor rendimiento de la memoria de trabajo).
Quinto, el hecho de vivir en una comuna que tiene cerca de 180.000 habitantes proyectados para este año versus un Las Condes con 340.000 habitantes proyectados (sin considerar la población flotantes de las múltiples comunas que componen la RM), hace que todos los desplazamientos sean mucho más cortos que en Santiago.
En resumen, lo que podemos sacar como patrón es que Valdivia gracias a su entorno de mucha naturaleza, te empuja a tener una vida con menos estrés, aunque no sepas que es un efecto directo de dicha naturaleza.
Porque aunque Santiago hayan parques, es también el verdor del entorno, lo bajo de sus edificios, la variedad de sus aves, lo curioso de su flora y el silencio de sus noches lo que hacen que objetivamente, el gallito lo gana Valdivia.
Lo subjetivo
El estar lejos de la mayor parte de mis amigos y el 100% de mi familia, que sería el GRAN punto negativo de vivir en Valdivia, hace que sea más fácil notar lo importante.1
Me refiero a dos cosas en particular. La primera, que puedo hacer las cosas que me gusta hacer al no tener compromisos sociales. Sí, suena totalmente ermitaño plantearlo así, pero por lo mismo estoy recalcando lo positivo siendo éste el punto negativo de vivir en el sur.
Gracias a estar en Valdivia, me es más fácil crear y mantener una rutina de ejercicios, de dormir, de alimentarme ligeramente sano (falta todavía); a la vez que tenía tiempo para ver cursos de inversión inmobiliaria, ETF y criptomonedas, leí más libros que nunca en un año (35) y me puse a escribir este blog.
Adicionalmente a sentirme una persona más saludable y plena, también tengo más tiempo de calidad con la Marti a pesar de que tiene menos tiempo que antes por el estudio: salimos a comer, conversamos, vemos series, turisteamos en Valdivia, turisteamos en los alrededores, condimentado al final con las juntas con los nuevos amigos hechos en Valdivia.
Pero lo segundo, fue algo que no me imaginaba: que al venir a Santiago por 2 o 3 noches al mes, terminaría priorizando relaciones de amistad y familiares.
En principio suena cool tener esos carretes universitarios donde ves a todos y no miras a nadie. Donde hay carcajadas, pero falta la seriedad de la conversación honesta y las sonrisas de la conexión sincera.
Este es el punto angular de lo aprendido el año pasado: disfruté cada interacción, cada comida, café, trago, caminata con las personas con las que me junté. Destiné tiempo y atención simultáneamente. Creo haber reforzado mis relaciones con todos aquellos con quien me junté. Creo haber mantenido los mismos lazos con quienes no me junté, en el sentido de que juntarse cada 6 meses con alguien, no permite construir un lazo más fuerte.
Lo importante
De lo que sí estoy seguro, es que fue un tremendo año para nuestra relación con la Marti. Sin ánimo de ventilar nada íntimo, lo que sí les puedo decir es que al hacer nuestra revisión del 2022 quedamos los dos satisfechos de haber notado un crecimiento personal importante, sin sentirnos solos en el proceso. Sin olvidarnos que el otro existe.
Eso para mí es lo más importante: la suma de pequeños cambios a lo largo del año nos mostraron que seguimos avanzando los dos, pero en el mismo bote.
Estoy seguro que eso no tiene que ver per sé con Santiago o Valdivia o Chimbarongo.
Recursos:
Artículo: Trabajos más felices, Washington Post de donde saqué la imagen con las industrias (en inglés).
Artículo: Una estrategia para potenciar la felicidad y la salud: pasar tiempo en la naturaleza de Catherine A. Sanderson, de donde saqué varios de los estudios referidos (en inglés).
Reporte: Indicadores Comunales 2023 de la Biblioteca del Congreso, donde vi los habitantes y que Valdivia tiene una mayor tasa de denuncias que el promedio del país.
Váyanse a vivir para allá, les dejo el filtro de Portal Inmobiliario para que vean departamentos o casas.
Yo feliz me iría a vivir a Valdivia, me encantó cuando estuve ahí, me gusta mucho y me relaja ver todo tan verde. Me imagino que tienen excelente calidad de vida.
Buen post!