Esta semana conversé con dos amigos a los que no veía hace tiempo. Tras contarnos en qué estábamos cada uno, todos por suerte con muy buenas novedades, comenzamos a conversar del futuro y de los planes para el próximo año.
En algún momento comenzamos a hablar en particular de este blog y de sus posibilidades. No es la primera vez que alguien que me lee, me sugiere hacer algo con el blog, de hecho es genial cuando sucede porque sé que es con la mejor de las intenciones y eso es tremendamente gratificante.
Me han sugerido, sin orden: hacer un pódcast, grabarme leyendo el blog, pagar publicidad, hacer alguna red social dedicada (ej. un Instagram), etc.
Todas son muy buenas ideas. Todas necesitan tiempo para que funcionen. Por ejemplo el algoritmo de Tiktok premia a quien sube contenido diario versus al que lo sube ocasional.
Ir directo, sin objetivo, a evaluar el próximo proyecto, es como evaluar un cambio de pega solo por el sueldo. Si te ofrecen más sueldo para cambiarte a una compañía minera en Calama, teniendo que ir 7 días seguidos por 7 días libres, ¿es eso lo único que tomarías en cuenta en tu decisión?
Antes de sopesar los detalles, tengo que tener muy claro qué quiero lograr. Entonces la pregunta evidente sería ¿qué quiero lograr con el blog?
¿Qué quiero hacer?
El año pasado escribí acerca de esto, y sigo queriendo a grandes rasgos lo mismo. Te dejo el link aquí:
En ese post dije que si la plata no fuera un impedimento mi día a día se compondría de:
Lo que quiero hacer es leer, escribir y volver a hacer clases.
Tras casi un año de aquello, mi situación actual es que este ha sido el año de más lectura por lejos, he leído más o menos 10.000 páginas de libros (47 hasta hoy) incluso participo en dos clubes de lectura. Para eso dejé de hacer otras cosas, porque el tiempo no es infinito:
He escrito casi todo el año y mezclé las lecturas más veces dentro de mis reflexiones. Participé en un taller de escritura con Rafael Gumucio y escribí un cuento que me gustó. Logré crear la disciplina de escribir semanalmente que era lo más difícil:
Si bien “volver a hacer clases” es lo que veo más lejano hoy en mi vida, lo que he ido aprendiendo me servirá para hacerlo.
El blog tiene impacto en los tres mundos de arriba: me nutro de la lectura para escribir semana a semana. Escribo y practico la capacidad de sentarme a crear algo desde cero. Lo que redacto de tanto en tanto, te genera un pensamiento nuevo y me lo haces saber (gracias 😊).
Por ende ¿qué “próximos pasos” puede tener el blog?
Muchos.
No quiero perderme en el océano de opciones. Me sirve mucho leer esos post antiguos y trazar una línea imaginaria del yo de hace un año al yo de hoy y proyectar cómo me gustaría estar mañana.
Disyuntiva “artística”
Cuando una banda de música, un actor, una artista, etc. deciden el estilo de sus obras, me da la impresión de que algunos siguen su noción artística y otros, se ajustan a lo que quiere la gente.
Porque por algo el estilo “Pop” viene de la palabra “popular” y el arte “conceptual” pareciera ser aquel que la persona común no puede entender. Uno llena estadios y el otro llena revistas académicas. Uno es seguido por muchos y el otro por pocos.
Si bien estoy exagerando las diferencias, es verdad en casi todos los planos. En el diseño de las aplicaciones, en los colores de la ropa, en los estilos de los muebles y en el tipo de hamburguesas.
Por supuesto que no quiero decir que los corridos mexicanos sean mejores o peores que el jazz, pero el primero es más masivo que el segundo.
Escribir este blog es algo que es bastante personal, a pesar de ser compartido contigo. Por ende, no me gustaría cambiar drásticamente mi estilo sólo para “agradar a las masas” porque terminaría por no agradarme el blog.
Con esto no estoy diciendo que hoy escriba perfecto ni que soy el músico de jazz de los blogs, muy lejos de eso. Sino que evito utilizar estilos que si bien son más populares, no me agradan. Por ejemplo las frases cortas.
Esas que abusan del punto aparte.
La que resalta el peso de cada frase.
O palabra.
Que te obliga a seguir leyendo porque parecen tweets.
X’s.
Como quiera que les llamen.
Me gustaría sumar esa técnica como herramienta para escribir mejor, pero no abusar de ella como algunos mails que me llegan lo hacen.
Así también podría pensar sobre el nombre del blog, los títulos, su contenido, etc. ¿quién lee pensamientos si puedo escribir sobre “las 3 técnicas para escribir correos con IA” o “5 tips para empezar este 2025”?
Probablemente tendría muchas más visualizaciones, pero de ese contenido hay mucho. Además hay espacio para un montón más, pero aún así me hace ruido caer en copiar algo que no me sale natural.
Por otro lado, tener una mayor cantidad de lectores me permitiría tener una mejor noción de a quién le interesa lo que escribo. Porque hoy creo escribo mejor que antes porque a veces me lo dices, pero tampoco tengo los “números” para demostrarlo.
También el hecho de tener una mayor cantidad de lectores, haría que otros proyectos agarraran más fuerza, tuvieran más difusión, por ejemplo podría pagar la edición de videos para redes sociales con la plata de la venta de libros.
Eso podría amplificar el impacto de mi escritura, recibiendo más comentarios y creando más conversaciones en torno a la lectura. De hecho, es el número de seguidores de un “influencer”, lo que los define como tal y no la calidad de su influencia.
¿Con qué me quedo?
Como te he dicho antes, vivimos en escalas de grises. Tener una mayor cantidad de lectores me permitiría ampliar las opciones, pero para buscar esa mayor cantidad tengo que ir a buscar lectores en los formatos donde está la gente y no necesariamente tengo que cambiar el contenido, sino comunicarlo en más formatos.
Sé que no porque cambie un título o haga un tiktok, voy a pasar a tener miles de lectores. Ese no es el punto de mi ejercicio, sino más bien tener claro el porqué quiero escribir mi blog, qué quiero alcanzar y luego puedo probar formas de alcanzar esos objetivos.
Puede ser lo uno, lo otro o todo lo contrario, como decía un profesor.
Pero, aprovecho de preguntarte:
Libro de la semana
📖 Título: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
✍🏻 Autor: Philip K. Dick
✏️ Páginas: 264
📚 Editorial: Minotauro, Editorial Planeta
Rick Deckard recibe el llamado de su jefe avisándole que hay 6 androides Nexus-6, el modelo más avanzado que es casi humano, que escaparon de Marte y están prófugos en la Tierra.
La novela narra ese largo día de Rick que trabaja como cazarrecompensas, “retirando” androides prófugos.
Una novela distópica que nos cuestiona dónde está el límite de ser humano, ¿será por nuestra empatía?
Una novela que a pesar de tener personajes poco profundos, su fortaleza radica en el mundo y las dinámicas que se generan entorno a la diferencia entre humano y androide.
¿Viste la película Blade Runner? Se basa en este libro.
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Yo propondría sacar una especie de libro con las reflexiones , folleto o algo asi..con las de todo el año :)