La semana pasada había pensado en qué escribir. Lo malo es que no lo recuerdo. Lo peor es que no escribí nada pensando que lo escribiría el lunes y la semana me arrojó al viernes sin misericordia.
Me parece que era algo sobre la percepción del tiempo como siguiendo la línea del último post:
A pesar de que me senté ayer a recordarlo, no me pude concentrar.
Luego, antes de ir a un cumpleaños, vimos un capítulo de la serie Big Bang Theory (si no la has visto y quieres reír a causa de las aventuras de un grupo de científicos ñoños, anda a HBO).
En el capítulo, la Dra. Fawler dice que está desarrollando un brazo robótico y el ingeniero Wolowitz que está sentado al lado, se ofrece para ayudarla. Se emociona con las posibilidades:
-Si puedo controlar brazos robóticos con la mente, podría hacer muchas cosas…
- ¿En serio? Porque has estado controlando brazos humanos con la mente y no has logrado mucho.
Sentencia el honesto y peculiar Sheldon Cooper.
¿Cuánto somos capaces de lograr utilizando lo que nos rodea?
Piensa en un pincel, una licuadora, tus piernas, tu celular o incluso las próximas 24 horas: ¿qué eres capaz de hacer?
¿Conoces a alguien que sepa utilizar mejor todo eso?
Indudablemente hoy se confunde la posesión con la capacidad.
Creemos que tener el último smartphone con más megapixeles nos hará instantáneamente mejores fotógrafos, que tener el mejor pincel hará que nuestros burdos trazos se conviertan en la siguiente obra a exhibirse en el Museo Nacional de Bellas Artes o que la Thermomix te convertirá en convertirá en chef (evitando la abultada cuenta de Rappi a fin de mes).
Podemos pasar rápidamente mientras aumentemos nuestro presupuesto: del lápiz, el pincel y el arado a una pluma, un rociador de pintura y un tractor, hasta llegar a un teclado, herramientas de edición de imágenes y drones agrícolas.1
Ahora bien, tenemos la guitarra que queríamos, el juego de mancuernas hexagonales o la libreta más cool de todas:
¿Pensamos en las horas de práctica con la guitarra?
¿Que para levantar las mancuernas necesitamos entrenar varios días?
¿Que la libreta no se llenará de nuestros pensamientos por bluetooth?
Uno de los conceptos que pasan más desapercibidos del acto de comprar es:
¿Le destinaré tiempo a esto?
Como en toda decisión, cada vez que dedicamos nuestro tiempo a una cosa dejamos de dedicárselo a otra, seas consciente o no de eso. Pero al comprar pareciera que la pregunta que mentalmente nos hacemos va en la línea de:
¿Tengo espacio para guardarlo?
E idealmente ¿me alcanza para comprarlo?
Lo curioso es que a pesar de ser muy evidente que quien se compra una guitarra, si pretende hacer uso de ella debe dedicarle tiempo, me da la impresión que no somos buenos evaluando ese tiempo.
¿Cuántas veces te has comprado un computador, una camisa, incluso un lápiz y en la práctica lo has usado mucho menos de lo que creíste?
¿Sabes qué practicar?
Evidentemente nadie nace sabiendo. Nuestros cuerpos y mentes van haciendo algunas cosas que están escritas en nuestro ADN como formar nuestros tejidos y huesos, respirar, buscar comida (llorando) y a lo largo de la vida imitar a los que nos rodean.
Pero Santana no tuvo una guitarra en el útero, ni Nadal una raqueta.
Es fácil imaginar deportes, instrumentos musicales o habilidades de un oficio, como aquellas que requieren práctica. Pero ¿dirías que eres experto en caminar? ¿En comer? ¿En moverte? ¿En usar tu tiempo? ¿En elegir lo mejor para ti? ¿En reconocer tus sentimientos?
Es curioso pensar que muchas cosas se aprenden a la rápida, sin prestar atención y no sabes si llevas años haciendo algo mal. Un ejemplo tonto: me da por decir “interperie” en vez de “intemperie”.
Muchas cosas que tenemos y usamos, las usamos probablemente a un nivel básico porque no tenemos tiempo, ni ganas, ni habilidad para lograr en todas un uso experto. Está bien y casi que es la base de nuestra forma de organizarnos en el siglo XXI: pastelero a tus pasteles.
En el libro Outliers (Fuera de Serie en español) de Malcolm Gladwell, se popularizó la idea de que luego de 10.000 horas de práctica deliberada uno se convierte en maestro en aquello que practicó. La palabra clave es deliberada:
Que se hace de forma voluntaria e intencionada después de haberlo pensado.
Si logras practicar voluntaria e intencionadamente 4 horas al día, durante 50 semanas por año (dos te regalo de vacaciones) por 10 años, tendrás 10.000 horas de práctica.
Aunque no sea lo único que importa para ser realmente un maestro, porque obviamente afectan factores genéticos, medioambientales y sus interacciones, suena al menos lógico que la exposición sostenida hacia una práctica o hacia un conocimiento, te abrirá las puertas a hacer y entender mejor eso que haces.
La pregunta del post que copié al inicio vuelve a tomar relevancia: ¿a qué le dedicarías 10 años?
No es tan chistoso Cooper
Si has escuchado sobre las herramientas de inteligencia artificial y estás motivado con ellas. Has leído blogs y noticias al respecto. Eres de los que cree que estamos en un momento bisagra, similar a la invención del internet. Incluso invertiste en empresas y ETF que siguen esa industria.
Pero no las usas.
¿Cuánto podrás lograr con las herramientas de IA?
Te interesen o no, ¿cuánto puedes lograr con tus brazos?
Recursos:
Artículo: Sobre las 10.000 horas de Business Insider.
Sé que no todas las cosas son exactamente para el uso previo, pero permíteme la generalización 😜